Pérdida Auditiva en Niños: Señales de Alerta

pérdida auditiva en niños

Si como padre o familiar vez que aparece algunos de estos indicadores que te llaman la atención no dejes de consultar con tu pediatra y medico otorrinolaringólogo de confianza.

Detectar a tiempo e intervenir tempranamente es de suma importancia para un buen desarrollo del niño.
De 0 a 3 meses.
1. El niño ante un sonido no reacciona con respuestas reflejas: parpadeo, quietud, despertarse si esta dormido…
2. No se asusta cuando oye ruidos fuertes, como puede ser una palmada a uno o dos metros de distancia.
3. Emite sonidos monocordes sin tonalidad ni expresividad.
4. Llora y duerme mucho.
5. No se calma al oír la voz de su madre.

Entre los 3 y 6 meses.
1. No voltea los ojos o la cabeza para buscar de dónde provienen los sonidos.
2. Se mantiene indiferente a los ruidos familiares, inclusive la voz de la madre.
3. No distingue entre una voz complaciente o enfadada.
4. No se entretiene con juguetes que hacen ruido. Si por ejemplo, se le deja al alcance un sonajero, no lo hace sonar.
5. No emite sonidos guturales para llamar la atención.
6. Su llanto es agudo y ocasional.

Entre los 6 y 9 meses.
1. No emite sílabas (pa, ma, ta…).
2. Cuando quiere llamar la atención, no realiza vocalizaciones, sino golpea objetos cuya vibración al caer asocia con su presencia.
3. Cuando se le llama por su nombre, no muestra atención.
4. No juega con sus propios sonidos, ni con sus vocalizaciones, repitiéndolas e imitando las de los demás.
5. Es inquieto y desobediente.
6. No muestra preferencia por los juguetes sonoros o musicales ante los que no poseen esta
característica.
7. No juega imitando gestos que acompañan cancioncillas infantiles (“los lobitos”, “la objetos de la cocina”…) o sonríe al reconocer éstas.
8. No dice “adiós” con la mano cuando se le dice esta palabra.
9. Ya se orienta a sonidos familiares, pero estos tienen que ser necesariamente demasiado fuertes.

Entre los 9 y 12 meses.
1. No obedece órdenes verbales.
2. No reconoce cuando le nombran a “papá” y “mamá”.
3. Usa señales y gestos para hacerse entender.
4. No entiende una negación o no responde a “dame…” si no se le hace el gesto indicativo con la mano.
5. No entiende cuando se le llama por su nombre.
6. No comprende palabras familiares.

Entre los 12 y 18 meses.
1. No responde de forma distinta a sonidos diferentes.
2. No dice palabras básicas como “papá” y “mamá” con contenido semántico.
3. Aunque emite sonidos, no se entretiene emitiéndolos ni escuchando sus propias emisiones.
4. No se le entienden las palabras que dice.
5. Usa gestos y señas para hacerse entender.
6. Aún cuando se le llama por su nombre, sigue sin responder.
7. No nombra algunos objetos familiares y cuando otra persona los nombra él no los señala.

Entre 18 y 24 meses.
1. No presta atención a los cuentos.
2. Sigue sin comprender órdenes verbales sencillas, si estas no van acompañadas de gestos indicativos.
3. No conoce su nombre.
4. No elabora frases de dos palabras.
5. No identifica las partes del cuerpo.
Entre los 2 y 3 años.
1. Aun no se le entienden las palabras que dice.
2. No ha aumentado su vocabulario.
3. No repite frases, ni es capaz de elaborarlas con ni siquiera dos palabras.
4. No contesta a preguntas sencillas.

Entre los 3 y 4 años.
1. No se le entiende claramente lo que dice.
2. No sabe contar lo que le pasa, ni aún es capaz de mantener una conversación sencilla con otra persona.
3. No obedece dos órdenes secuenciadas.
4. No es capaz de cantar o tararear.
5. Su aprendizaje escolar se ve retrasado con respecto a sus compañeros.

Entre los 4 y 5 años.
1. No conversa con otros niños.
2. No manifiesta un lenguaje maduro (su lenguaje sólo lo entiende su círculo cercano) y ni lo emplea eficazmente.

Entre los 5 y 6 años.
1. Su nivel de lenguaje está muy por debajo del nivel de sus compañeros.
2. Se distrae con facilidad, debido a las dificultades de atención que presenta.
3. No responde en ambientes ruidosos.
4. Presentan grandes dificultades en el aprendizaje lecto-escritor.

Otros síntomas son:
• Pregunta mucho “¿qué?”, “¿qué has dicho?”.
• Necesita que le repitan una orden más de dos veces.
• Tiende a fijarse en los labios durante las conversaciones, siempre intenta estar de frente a la
persona que le habla.
• A veces parece que entiende y otras no, pues cuando le llamas a veces responde y otras veces no.
• Ladea la cabeza orientando el oído en la dirección de donde proviene el sonido, aunque por lo general, presentan dificultades para ubicar la fuente de donde este procede.
• Presenta múltiples faltas en su pronunciación, siendo característico en estos niños sus
dificultades fonéticas, confundiendo sonidos parecidos (por ejemplo: Paco y taco, Sara y
Lara…).
• Muestra dificultades en la expresión oral referente a la estructuración de su lenguaje: omite
verbos, artículos, etc.
• A la hora de comunicarse con los demás presenta limitaciones.
• No presta atención a todo lo que está fuera de su campo visual.
• Presenta dificultad para seguir las explicaciones en clase. Cuando el maestro da instrucciones
para la realización de tareas, tiende a mirar a su alrededor para ver que hacen sus compañeros.
• Durante la realización de dictados en la escuela, realiza omisiones, sustituciones, agrega
palabras… e incluso suele atrasarse y perderse, lo mismo sucede en las lecturas colectivas.
• Se distrae con facilidad.
• Su rendimiento escolar en bajo.
• Cuando trabaja en silencio tiende hacer ruidos con su propio cuerpo.
• No controla la intensidad de su voz, en ocasiones esta es demasiado fuerte y en otras ocasiones demasiado débil.
• Tiene dificultades para identificar, reproducir y discriminar patrones rítmicos relacionados con la educación musical.